Siempre hay un momento del año que nos apetece poner la casa patas arriba y ordenarla, cambiar la distribución e, incluso, darle un nuevo toque de color. Sin embargo, puede que haya pasado desapercibidas algunas superficies de nuestra casa y ha acabado apareciendo una corrosión ligera y se ha oxidado.
¡No te preocupes! Aquí te traemos la solución para tratar esa superficie. Pero, no te precipites y empieces a pintarla ya. ¡Se tiene que preparar antes y en las próximas líneas descubrirás el mejor tratamiento!
¿Cómo limpiar una superficie con corrosión?
Antes de ponernos a pintar la superficie, es esencial evaluar la extensión de la corrosión y limpiarlo muy bien.
Para ello, hay que utilizar una lija gruesa para eliminar toda esa pintura descascarada que se encuentra en la superficie. Después, lávala con agua y detergente. Con este paso, eliminarás cualquier residuo que haya podido quedar suelto y la grasa que queda tras la limpieza.
Una vez que hayas limpiado la superficie, asegúrate de que esté completamente seca antes de avanzar al siguiente paso. La presencia de humedad podría afectar la eficacia de los productos anticorrosivos y de la pintura.
Elimina la corrosión
Antes de aplicar el convertidor de óxido, elige un producto de calidad que se ajuste a las necesidades específicas de tu superficie.
Usa un pincel, una brocha o una esponja para aplicar el convertidor de óxido sobre las áreas afectadas. Algunos convertidores de óxido requieren múltiples capas para un rendimiento óptimo, así que asegúrate de seguir las indicaciones para obtener los mejores resultados.
La paciencia en esta etapa es esencial para garantizar que el convertidor haga su trabajo y prepare adecuadamente la superficie para la imprimación.
Consejos para este paso:
- Utiliza guantes y protección para los ojos.
- Trabaja en un área bien ventilada
Imprimación Anticorrosiva
Una vez que la superficie esté limpia y libre de óxido, aplica una imprimación anticorrosiva. Este paso es crucial para proporcionar una base sólida antes de aplicar la capa de pintura. La imprimación ayudará a prevenir la reaparición de la corrosión y mejorará la adherencia de la pintura. Asegúrate de seleccionar una imprimación compatible con el tipo de pintura que planeas usar.
Elección y aplicación de pintura
Elige una pintura diseñada para superficies metálicas y que tenga propiedades anticorrosivas. Las pinturas epoxi o esmaltes epoxi son opciones comunes para proteger contra la corrosión. Además, otra de sus características es su durabilidad y resistencia a condiciones climáticas adversas. Perfecta si la superficie está en el exterior.
También puedes considerar pinturas que contengan zinc, ya que el zinc ofrece protección contra la corrosión.
Además, los pigmentos oscuros pueden ayudar a proteger mejor contra la radiación ultravioleta y reducir el riesgo de decoloración con el tiempo.
A la hora de aplicar la pintura, asegúrate de que toda la superficie haya quedado cubierta con capas delgadas. Además, para asegurarte la protección, puedes aplicar varias. Las capas adicionales proporcionarán una defensa adicional contra los elementos y mejorarán la resistencia de la superficie al desgaste
¿Cómo cuidar una superficie para que no salga corrosión?
Inspección Regular: Realiza inspecciones periódicas para detectar signos de corrosión o descascarillado. Cuanto antes se detecten los problemas, más fácil será abordarlos.
Mantenimiento Preventivo: Aplica una nueva capa de pintura cada cierto tiempo según las recomendaciones del fabricante, incluso si no hay signos visibles de corrosión. Esto ayudará a prevenir futuros problemas.
Limpieza Regular: Limpia la superficie con agua y detergente suave para eliminar la suciedad y evitar la acumulación de agentes corrosivos.
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